Un Refugio en las Palabras: El tiempo

domingo, 15 de noviembre de 2009

El tiempo

Quédate con las horas que me has prestado para pasarlas con aquellos ojos que busquen mi mirada y dáselas a algún galán afortunado que tropiece con pestañas cuando mira alrededor porque yo solo encuentro horizontes y paredes vacías de pupilas que se dilaten si no hay luz que nos robe las mañanas.

Para que medir el tiempo si no es en los segundos que duran los besos que nunca he dado? no quiero contar minutos que se caigan de bolsillos vacíos de suerte pero llenos de intenciones, que nunca llegan a convertirse en acciones.

Cuanto es el tiempo que hay que dejar pasar hasta dejar de esperar que el tiempo pase? Para que las mismas palabras que hoy suenan a desesperación por conseguir una tarde de encuentros, mañana sean proposiciones inocentes que no asusten a princesas acostumbradas al cortejo.

El tiempo es un maldito egoísta. Que se larga rápido cuando los labios se besan; cuando los silencios no incomodan; cuando los cuerpos se rozan; cuando las caricias se hablan. Y le cuesta desaparecer cuando las lágrimas se hacen sal en las mejillas; cuando la espera debería ser corta; cuando el dolor se agolpa en nuestras vidas.

Vamos a matar al tiempo y sus secuaces. Que los segundos se midan en lo que dura una caricia; que los minutos no influyan en lo que duren nuestros besos; que no existan las horas que faltan hasta poder verte de nuevo. Quiero borrar los días y que solo queden noches para regalarte la luna y mañanas para despertar a tu lado; olvidar las semanas que nos dure la tristeza y que los años se compongan de los meses que seamos felices.

Voy a romper relojes de arena en el fondo del mar para recogerlo en puñaditos que se escapen de las manos pero no se pierdan porque estoy harto de esperar el momento de actuar y de que “mi reloj jamás esté en hora a la hora de la verdad” (Quique González).

Hay que coger al tiempo por las agujas del reloj y olvidar las barreras que nos ha impuesto. No hay que esperar a que aquella chiquilla de ojos verdes nos vuelva a hablar, porque no sabemos que nos depara el mañana y quizás “dentro de un rato” ya sea tarde y el tiempo que se va nunca vuelve.

No hay que guardar luto por quien no nos supo apreciar, y debemos preocuparnos de hacernos felices a nosotros mismo sin esperar a que los días nos traigan lo que esperamos. Si estas esperando a hacer algo, deja de leer y hazlo ya.

“mas vale arrepentirte de algo que intentaste hacer, que arrepentirte de no haberlo intentado”.

Gracias por dedicarle unos minutos a leer.

1 comentario:

Lorena dijo...

A los buenos momentos hay que agarrarse con todas las fuerzas posibles, aún a sabiendas de que no podremos evitar que acaben por escapársenos...

Un besazo :-)