Un Refugio en las Palabras: A corazón abierto

lunes, 2 de noviembre de 2009

A corazón abierto

Contradictorio. Lo que me dice la cabeza pero me pide el corazón. Pues ya no añoro lo que tuve, y ahora sé que el pasado nunca lo perdí, aunque el futuro lo di por perdido. Aquellos fueron otras caricias vividas por un corazón adolescente, que solo sabía entregar hasta desgarrarse por agarrarse a la ilusión de que los abrazos podían ser eternos, y los besos compartidos en medio de la multitud nunca molestaron a quienes se cruzaban en nuestro camino. No me arrepiento de lo amado, incluso lo volvería a vivir del mismo modo y con el mismo sentido, porque de aquello volvería a aprender, todo lo que enseña lo que ya hemos vivido, pero sé que lo que queda por venir habrá que sentirlo como con el tiempo he aprendido.

Y es aquí donde me contradigo, porque la azotea que mantiene cuerdos mis cimientos me dice que ya tengo lo que merezco. Y le creo. Tengo alfareros que han moldeado mi vida con la arcilla que mis lágrimas crearon en el barro en el que casi me hundí, y a ellos debo lo que soy y lo queda de lo que fui. En mis días de rabia, provocada por el dolor de un corazón roto, siempre hubo cómplices que tuvieron la paciencia de esperar a que un atisbo de razón alumbrar en mi mirada, y agarrándome del corazón, me volvieron al camino que me traía hasta aquí, sujetándome con su cariño y enseñándome la cruda realidad, que tanto dolía pero tan necesaria fue para curar las heridas. Aquellos que navegaron entre mis llantos y que ahora me regalan sonrisas y comparten los buenos momentos que han conseguido mandar a un rincón a los malos recuerdos; los mismos a los que hace más de un mes les dedique la entrada que vive en el piso de abajo y los que cada mañana me hacen sentir orgulloso de cada una de las personas que llenan la inmensidad de la palabra amistad.

Y mientras en la guardilla conservo cada momento y sonrisa vivida con mis cómplices, dos pisos mas abajo, vive ese vecino molesto que todos tenemos. Porque calidad y cantidad de amigos no faltan, ni cariño en mi familia, me atrevería a decir que no me falta de nada, pero el cabrón alborotador discrepa. Y es cuando se enzarza con la masa gris en discusiones de territorio que impiden vivir en paz a los vecinos de mi “casi30 Rue del Geromo”.

Porque llevo tiempo sin compartir el primer piso de mi alma, y acumulo tanto trasto que ya no sé cómo ni dónde tirarlos. Empiezo a sentir que me encantaría chocarme con alguna chiquilla, que me hiciera balbucear al hablarle y a la que fuera incapaz de mirar a los ojos por miedo a perderme en ellos para siempre. Que al mirarnos encontrara el valor, esta vez, de decirle mi nombre e invitarla a un café por el simple hecho de intentar conocerla, y que por una vez, solo por una vez, la radical timidez que me viste me dejara desnudo para enfundarme el uniforme de caballero. Y que al llevarla a casa, el miedo a perderme en su mirada llegara tarde, justo cuando los ojos ya estuvieran cerrados mientras nuestros labios se abren.

He planeado el instante en el que solo hablaran las manos, entrelazando dedos que juguetean entre si, enmarañando escalofríos, para que no se vaya de mi lado sin regalarle una caricia en la mejilla, cargada de tantas intenciones que ella no pudiera evitar dejar caer el peso de su dulce cara sobre las líneas de una manos que se muere por acompañarla a lo más profundo de su almohada. Me encantaría driblar al viento y llegar antes a su pelo para ser yo quien lo acaricie y lo enrede mientras la luz de unos cuerpos cómplices ilumine la oscuridad de una habitación a la que se le había olvidado el placer. Y si he de despertar por la mañana para ver como se viste, al menos conservar el sabor de los besos más dulces.

Pero si despierto y sigue allí quiero formar parte de sus sueños, y que inconsciente sonría mientras duerme sabiendo que estoy ahí. Quiero levantarme de la cama con el sigilo de un suspiro para que ni se de cuenta que me he ido y seguir con mi trabajo, mirando cada minuto al dormitorio para comprobar que esta vez no fue un sueño.
Me encantaría que en este instante unas manos me rodearan por la espalda y la dulzura de una sonrisa recién despierta se rompiera con el regalo de un beso en mi cuello. Que unos ojos sin abrir del todo observaran “por encima de mi hombro lo que escribo” (Joaquin Sabina); Y sentir como unos cabellos caen sobre mis hombros mientras la voz mas dulce que jamás escucharon estas paredes pregunte que hago despierto.
Quiero dejar de teclear en ese instante para girar mi mirada y cruzarla en su camino, acariciarle el pelo, sonreír, regalarle un tímido beso y contestar...

...Estoy relatando que una vez soñé con que despertaría a tu lado
Y muero por escuchar en un susurro...
...Pues vamos a desayunar, que de sueños que se cumplen podremos escribir cada mañana.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

pisha, he visto el blog (y suscrito!) y me vienen preguntillas: las sustancias esas que tomas pa darte labia, no son mu legales, verdad?; tu psicoanalista que opina de todo esto?; ... y la ultima (y mejor) ... márcate una entrada del picudo y t propongo pa algún premio literario!!!! Un saludo, "pequeñín" ;-)

German dijo...

jejejeje, Gracias peponido!!!! me alegra mucho verte por aquí. a la primera pregunta ya te contestare en privado, aunque si es cierto que cuando vivía en orihuela escribía mas a menudo, no sé si porque estaba mas jodido o por los cigarritos de la risa, jeje.
Ahora al menos, escribo cuando me apetece y no cuando la depre me obliga (toc, toc, toco madera). El picudo solo inspiraría un monologo para la paramount, pero oye, como reto no esta mal. recojo el guante.
UN abrazo y gracias por leer

Isabel Martínez Llorente dijo...

Más vale no terminar nada
nada de-terminar
no hay que clavar las cosas con palabras
hay que dejarlas mecerse
capaces todavía de roces
dejarlas rondar en filamentos imantados
al encuentro de
dejarlas flotar sin timón
En su estela
indistinta
se puede entonces alzar velas

Yesé Amory, trad. de Octavio Paz en "Versiones y Diversiones".


Querido Germán: quería dejarte este poema aquí, a propósito de tu entrada, sólo con la intención de decirte que hay que dejar que todo se mezca en la estela de lo posible, y que los sueños te atrapan por la espalda cuando menos te lo esperas (gira la vista, ¿lo tienes ahí? Buenísimo el final).
Espero que te guste y que sigas escribiendo... y sí... me parece estupendo lo del monólogo, yo creo que también tienes madera para hacernos reír. Seguro que sí.

Un besazo,

Isabel.

German dijo...

Isa, muchas gracias guapa. Me encanta el poema, no lo conocía. Me alegra saber que sigues empleando una parte de tu tiempo en dejarte caer por aquí, y me alegra aún mas saber que vuelves, jeje. Lo del monologo ya se vera, porque considero que es muy difícil hacer reír con calidad, y de momento no me siento capaz de arriesgarme a eso. pero la vida está llena de retos y ese es uno que me encantaria afrontar.
He de decirte que tu blog cada día me gusta más, se nota quien entiende de literatura y quien no. ;).
Un besazo guapa. y besicos a Toñi!!

Lorena dijo...

Qué preciosa esta entrada, Germán... Hoy debe de haber sido como la quinta vez que entro a tu blog para releerla de nuevo. Qué identificada me siento, maldita sea, jejejee...
Estoy de acuerdo contigo en que nunca hay que arrepentirse de lo amado, aunque no haya terminado como uno esperaba, o se haya sufrido. A pesar de los pesares, yo no pierdo la fe en el género humano, y en el fondo me gusta creer que debe haber en el mundo una persona esperándome...
Qué absurdo, ¿no? :-) Pero a veces la ilusión es lo único a lo que agarrarse.

Un abrazo muy fuerte, y no dejes nunca de escribir.

Lorena

Unknown dijo...

Lorena, me alegra saber que te gusta. en realidad supongo que todos esperamos encontrar a alguien con quien conectar y vivir nuestra propia aventura. De todas formas yo no me paro a pensar si hay alguien esperándome o no, porque nunca se sabe cuando te vas a encontrar con alguien que merece la pena. y de todas formas, quien nos dice que la mujer(hombre) de nuestra vida, si existe, debe estar en 100 kilometros a la redonda??alomejor mi media naranja vive en zimbawe, wn cuba, en afganistan, en el congo,.... lo que yo echo de menos, es precisamente, que alguien alguna vez me eche de menos o tenga tantas ganas de pasar unos minutos conmigo como yo de pasarlos con ella. pero bueno, hasta que aparezca habra que vivir la soltería con la mayor alegria y optimismo del mundo. :d.
Un besazo preciosa!