Un Refugio en las Palabras: A Antonio Vega

martes, 12 de mayo de 2009

A Antonio Vega




Un chico triste y tímido que fue capaz de ganar con el tiempo una lucha de gigantes encarnizada que le perpetuó en el tiempo y el espacio. Viviste vidas propias y ajenas, regalando en cada verso, en cada rima tu interior mas visceral; compartiendo con todos nosotros las historias que creabas en el desorden de tu habitación.

Ninguno de nosotros te conoció personalmente pero tu colaboraste en hacer de todos las personas que ahora somos; como un padre, como un hermano mayor que nos daba consejos en cada canción, demostrando tu humildad encima del escenario, cabizbajo, casi miedoso y abrumado sin poder entender como tanta gente podía idolatrarte de aquella manera, cuando tu, simplemente hacías lo que te gustaba hacer, escribías lo que te pedía el alma escribir. Tan lejos y tan cercano, me has acompañado a lo largo de toda mi vida, desde que era un chaval, mientras tu jugabas con aquellos libros de tu desván y quisiste aprender porque te robaba tiempo para dormir.

Cuantas frases se han quedado grabadas en mi inconsciente, me he pasado media vida escuchándote, entendiendo tus canciones en el momento que mas las necesitaba y descubriendo cada día nuevos detalles en tus letras, nuevos mensajes en tus acordes, nuevos consejos en tu voz tímida.

Tuviste que correr de aquellos que pretendían explotar tu sensibilidad, de los que te condenaban a trabajos forzados y te obligaban a escribir cuando tu alma no tenía tinta. Pero tu mantuviste la entereza y solo plasmabas aquello que pudiera llegar a todos aquellos que disfrutábamos escuchándote.
Han pasado las estaciones, todos los que te escuchábamos de críos ahora somos adultos y cada uno de nosotros tiene su particular chica de ayer, pero tu nunca te quedaste atrás y nos acompañaste en todos y cada uno de los días que se iban acumulando en nuestras vidas. Tuviste tu hogar en cualquier sitio y ahora tu casa la has instalado en lo alto de una ola cuya anatomía describiste como nadie. Ya no pierdas el sueño pensando donde dejaste tu silla de montar porque ya nunca jamás la utilizaras, y no temas caer porque la ola en la que te meces hoy se irá enriqueciendo con cada una de las lagrimas que se están derramando por ti, y los sobrantes irán a parar al rio de experiencias que has ido dejando a lo largo de nuestro recorrido.

Llego la hora del crepúsculo y te fuiste lleno de papel y cubierto de palabras. Antonio se dejo llevar por sus palabras y escalo la última montaña en una decima de segundo, y a medio camino de un lugar perdido encontraste la luz de tu último destino, donde sentarte a descansar, donde se creó la primera luz, donde te llevo tu imaginación, donde con los ojos cerrados podrás divisar infinitos campos, el lugar donde naciste, el sitio de tu recreo.

Hoy mas que nunca lloro al escuchar los primeros acordes de la que, sin duda, ha sido la canción de mi vida, mi nexo entre tu y yo. Nos dejaste hoy pero yo no me iré mañana y seguiré escuchando tus canciones con la admiración de siempre.
Gracias por dejarnos llevar por ti, por acompañarnos en nuestras vidas. Descansa en paz compañero, que hoy el cielo, o donde quiera que estés se rinde ante tus acordes.

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