Un Refugio en las Palabras: 50 años haciendo historia

miércoles, 6 de mayo de 2009

50 años haciendo historia



Te caminaban los burgueses y señoritos en el siglo XIX cuando solamente eras una dama desnuda y tímida reprimida por las mentes retrogradas de quien gobernaban nuestros muros. Alguien tuvo la decencia de adornar con palmeras tu esqueleto ante la inminente llegada del siglo XX, pero tu seguías tímida, escondida bajo los pies de lo viejuno.

Un romántico soñador amante de Alicante vio en ti la base para crear algo tan bello que incluso las nubes detuvieran su viaje para admirarte y desviando su mirada hacia Rio de Janeiro donde las mujeres desafiaban a lo pulcro y la decencia, Guardiola Picó fue el primero que presagio tu inmensidad en su imaginación. Consiguió que diez mil metros cuadrados de asfalto inerte y frio se convirtieran en un mar de teselas que acompañaba al Mediterráneo en su solitario viaje hacia San Gabriel

Tu fría desnudez empezó a vestirse un 19 de febrero de 1958, ante la mirada atenta de tan solo un centenar de turistas que caminaban por el Paseo de los mártires. Pero seis millones de trocitos de cerámica consiguieron mandar al fondo del océano a los mártires y bautizarte el 15 de enero del año siguiente como “Explanada” aplaudida por primera vez por otro turista que ya empezaba a admirar la grandeza de tu oleaje.

Vestida de gala de negro, marfil y rojo corazon, maquillada con el salitre de un mar envidioso de haberle robado sus miradas; con el humo de una gran ciudad que crecía con el progreso y se ruborizaba por el destape. Escuchabas conversaciones en idiomas de los que desconocías su existencia.

Testigo privilegiado del avance y desarrollo de la industria del calzado. Cuantas suelas abras visto, pies descalzos padecido? Te han paseado poetas, músicos, actores, actrices, pintores y gente de calle, de barrio, de ciudad, del extranjero y tu has mantenido siempre la entereza, te has sentido amada. Y has sentido el amor de cada una de las parejas que se han amado en tus bancos.

Sentiste como miles de rodillas se clavaban en tus teselas para pedir la mano de mil doncellas y como miles de lágrimas se perdían en tu mar al aceptar el compromiso. Te has inundado de tristeza de desamor y de pasión; pero también de júbilo, alegría y celebración.

Miguel López te cortejó y te regalo una caja de música en forma de caracola marina que cada noche de días festivos hacía sonar a la banda municipal para que todos te vieran bailar y para poder dejarse llevar por el oleaje de tus franjas tricolor que transportaban a las doncellas y caballeros hacia el mar abierto de sus sentidos.

Con el progreso llegaron los excesos y alguien desprovisto de buen gusto y respeto levanto unos muros ante ti formando la torre del Hotel Meliá que te robaron parte de la brisa que te enviaba San Gabriel. Viste caer edificios que Vivian allí antes que tu y había noches que temblabas de miedo cuando individuos irracionales y depravados derramaban sobre ti vasos de plástico y botellas de cristal que herían tu belleza y manchaban tu maquillaje; y sentías lástima por tu amado vecino canalejas que se llevaba la peor parte, aunque te alegraba ver que el anciano ficus de 70 años que se erguía en el parque aguantaba tan inmóvil como los leones que vigilaban la entrada este.

El puerto, tu fiel compañero cambió su look en numerosas ocasiones, pero su brisa suave nunca dejo de atraerte y dejabas entrar esos besos que transportaba el viento a través de las palmeras que siempre han sido tus confidentes mas cercanas, llevándote de la mano desde la plaza del mar hasta la de canalejas sin soltarte ni un segundo para que no perdieras tu rumbo.

Peret te refrescaba y refresca con sus horchatas, granizados y helados. En algunos momentos el oleaje negro, marfil y rojo gana el color de miles de cucharillas de helado de todos los colores que viajan a la deriva desde una punta a la otra de tu inmensidad.

Has sido refugio de sincasas que en ti encontraron su hogar. Te han bombardeado palomas implacables atraídas por deliciosas migas de pan que les regalan jubilados con sus nietos que pasan en ti horas sintiéndose bien, recordando carreras de niños, o besos furtivos de los que también fuiste testigo hace 50 años.

Eres la confidente de todo alicantino pues a nadie le avergüenza ser quien es sobre tus olas. Todos hemos besado, llorado, reído y sentido el movimiento de tu marejada al mirarnos los pies mientras te recorríamos despacio, sin prisas, para poder disfrutarte y gozarte. Ahora acoges a artesanos bohemios que venden sus obras en chabolas de PVC y que te descubren música de timbales y cigarritos de la risa. Pero quien sabe lo que serás cuando nosotros ya no estemos? Seguirás creciendo y creciendo hasta llegar al aeropuerto como quería Picó? O te quedarás atrapada entre Plaza del mar y canalejas?

Seguramente yo no lo sabré, lo que esta claro es que si algún día faltas Alicante dejará de ser lo que es y a los alicantinos solo les quedara un mar al que poder amar.

3 comentarios:

German dijo...

Lo he leido unas 5 veces y no me convence para nada.:(

David Giner dijo...

¿por?...

German dijo...

Nu se, no me llena. no es arrogancia pero me gustaría creer que puedo hacerlo mejor ;).
Pero si os gusta a vosotros... no hay nada mas que decir. :)
47 dias señor,jeje