Agazapado, pensando en como atacar; las orejas tiesas puntiagudas al acecho de cualquier movimiento de hierba, desquebrajar de una hoja, ráfaga de viento con notas distintas; apenas se le intuye entre la maleza. Pero ahí está encabronao, con las uñas afiladas cansado de enseñar los dientes sin tener donde morder. Busca una presa, no una cualquiera, un gran trofeo de caza que le haga merecedor de respeto y adoración cuando vuelva a su callejón con los demás felinos.
De repente una adorable criatura aparece en su campo de visión, él se queda paralizado, boquiabierto, con los pelos erizados; se da cuenta que ha bajado la guardia, que su cabeza asoma por encima de los matorrales que le servían de refugio, pero enseguida vuelve a agazaparse, con las orejas pegadas a la cabeza, como si un huracán le peinara el rostro, y le achinara los ojillos.
Se queda un rato inmóvil, observando, escuchando, comprobando si aquel torpe gesto descubrió su escondrijo, pero no. el pajarillo sigue allí. Alegre, risueño, con el pecho hinchado como un gallo de pelea.
Nuestro amigo frunce el ceño, se lima las uñas frotándolas contra el pecho; las dirige hacia su hocico y les sopla con un aliento seco.Piensa como entrará en acción. Saltara cuando el pajarillo este bebiendo de algún charco, le caerá encima y aquel no tendrá escapatoria.
Se prepara. Estira todo su cuerpo, culo en pompa, uñas fuera, patas delanteras estiradas y traseras flexionadas para el gran salto...
......que sorpresa se va a llevar-piensa- ni se lo espera
.....antes de comenzar el salto ve al pajarillo salir volando. lo sigue con la mirada viendo como se aleja cada vez mas y mas. Camino a su rincón piensa en que hizo mal, en que tendría que haber saltado antes, que no podía ser tan cobarde a la hora de atacar....
Exactamente lo mismo que pensaba cada día cuando volvía a casa. Volvía sin nada que echarse a la boca, sin nada que rompiera su monótona existencia, sin nada que valiera la pena contar a nadie. Solo la ilusión rota de que una vez mas estubo a punto pero volvió a quedarse en el intento.
Llego a su toalla vieja tendida en el suelo, se enrollo comprimiendo su tamaño en poco más de la mitad y apoyando la cabeza sobre sus patas delanteras se durmió. Ronroneando porque quizás mañana tuviera algo que contar.
"Amarilla", de Marta Sanz
Hace 1 día
2 comentarios:
Bueno muchachito, veo que estás en el intento de superarme, y un dia de estos lo consigues. Vaya fans que estamos hechos los unos de los otros, esto es muuuy triste Ger...Me ha encantado tu post!!Hacía tiempo que esperaba algo así de ti, gracias!!! Te doy una dirección para que le eches un vistazo...la muchacha se lo curra...y la tengo a mi vera, jeje...http://elzahirdelalba.blogspot.com/
Publicar un comentario